jueves, 8 de septiembre de 2016

LAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS: RESEÑA HISTÓRICO CULTURAL

LAS BEBIDAS ALCOHÓLICAS : RESEÑA HISTÓRICO CULTURAL

El uso de bebidas alcohólicas (del árabe al-kuhl = el colirio) va estrechamente
ligado a los aconteceres sociales de nuestra civilización desde tiempos inmemoriables. Inmediatamente que el ser humano es capaz, en su evolución adaptativa al
medio, de descubrir una forma de almacenar líquidos en un recipiente, comienza la
historia de las bebidas alcohólicas. Tan pronto como es descubierto el proceso de
fermentación de ciertos líquidos azucarados procedentes de algunos granos y frutos,
comienza el consumo de estas bebidas. El devenir histórico ha convertido al alcohol
en una sustancia ampliamente utilizada y con una enorme aceptación social, presente en casi todos los rituales sociales vinculados a la cultura occidental. El alcohol
es de hecho, la primera droga de la que los textos históricos se han referido en términos de abuso, varios miles de años antes de Cristo (Blum, 1973).
El alcohol ha sido sin duda la droga por excelencia de los pueblos mediterráneos.
Sus efectos embriagantes fueron utilizados como vínculo litúrgico por egipcios, griegos, romanos y hebreos. Los egipcios son los inventores de la cerveza tres milenios
antes de Cristo. Aún antes, la civilización de Mesopotamia conocía y utilizaba de otras
bebidas fermentadas similares, citadas incluso en el código de Hammurabi, donde se
prescribía la pena de ser arrojado al río para aquellos propietarios de locales de bebidas que permitieran la embriaguez de sus clientes.
Parece ser que la utilización del vino como vínculo de unión con la espiritualidad,
aprovechando sus efectos embriagantes, se remonta a la civilización egipcia. Entre
ellos, la cerveza estaba vinculada a usos populares, y gravada con algo similar a lo
que ahora llamaríamos impuestos. Sin embargo, el vino fue en el Imperio Egipcio,
hasta bien avanzada la dominación romana, una bebida exclusivamente ritual, utilizada para la embriaguez sagrada en el templo de Tentyra, al parecer dentro del culto
dedicado a Hator, diosa egipcia del amor.
El culto que las antiguas culturas griega y romana ofrecían a sus respectivos dioses del vino -Dionisos y Baco- es otro excelente indicador del arraigo que esta bebida
ha tenido en los ritos religiosos de los pueblos mediterráneos. El culto dionisíaco era
de hecho uno de los más importantes de la antigua Grecia. El ritual incluía procesio-
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MAQ. CONSUMO ABU.-1  26/9/99 13:07  Página 19nes y danzas en las que los participantes buscaban la unión con el dios, a través de
un estado de embriaguez. Este culto al dios del vino, fue recogido por la cultura latina,
donde Dionisos adoptó el nombre de Baco, y el ritual festivo-religioso conocido como
bacanal, ha llegado hasta nuestros días como ejemplo de manifestación lúdica y liberadora de instintos, mediante la utilización de un producto divinizado: el vino.
Por su parte, es conocido cómo el sincretismo judeo-cristiano llegaría a elevar el
zumo de uva fermentado a la categoría de vehículo de la encarnación de la divinidad,
presente hoy en día en los rituales de vínculo litúrgico de la comunidad cristiana. Para
las culturas mediterráneas de la antigüedad el vino era la “sangre de la tierra”, de ahí
que adquiera unas cualidades mágicas que persisten en la liturgia cristiana (Oberlé,
1989).
La utilización de bebidas alcohólicas como medio de trascender lo humano y
alcanzar la unión con la divinidad, es en definitiva la versión mediterránea del proceso
que, con la misma finalidad, otras culturas han llevado a cabo por medio de otras drogas.

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